REVISTA BIMESTRAL
JUNIO - JULIO 2020 I NUMERO 168
BIOINSUMOS

 

Bioinsumos Agropecuarios
HERRAMIENTAS PARA UNA PRODUCCIÓN SUSTENTABLE


 
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Lic. Mariano Lattari
mlattari@senasa.gob.ar

Dirección Nacional de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
 
   

Impulsada por una creciente conciencia ambiental, la sociedad realiza un consumo cada vez más exigente: demanda una oferta mayor de alimentos con atributos de calidad específicos, más sanos y obtenidos de forma ambientalmente sustentable. Para lograrlo, el sector productivo cuenta con una serie de herramientas biotecnológicas que emulan a la naturaleza, permitiendo desarrollar las actividades productivas de forma socioeconómica y ambientalmente sustentable.

Se observa en la actividad agropecuaria una tendencia para satisfacer las demandas del mercado a partir del complemento y/o sustitución de agroquímicos convencionales por insumos biológicos, los cuales al ser utilizados en toda la cadena agroproductiva, favorecen la sustentabilidad tanto en términos económicos, socioculturales como ambientales, garantizando la sostenibilidad de las generaciones actuales y futuras. Dichos insumos son conocidos también como Bioinsumos Agropecuarios.

¿Qué son los Bioinsumos Agropecuarios?

Momias de pulgones y parasitoide
 
   

Si consideramos que en mayor o menor medida, este tipo particular de insumos cuentan con un proceso de manufactura biotecnológica, debemos en primer lugar definir qué consideramos como biotecnología. Según la Convención sobre Diversidad Biológica, define a la Biotecnología como toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos, organismos vivos o sus derivados con el fin de obtener y/o modificar productos o procesos para usos o fines específicos. Con lo cual, los bioinsumos agropecuarios pueden considerarse herramientas biotecnológicas que se corresponden con servicios ecosistémicos, tales como la biopolinización, el ciclaje y disposición de nutrientes y el control natural de plagas entre otros. ¿Con qué fin? Ser utilizados como insumos sustentables a fin de salvaguardar el patrimonio zoofitosanitario y la calidad e inocuidad de los alimentos.
Por lo expuesto, podemos definir a los Bioinsumos Agropecuarios como todo aquel producto manufacturado que esté constituido por organismos vivos o sus derivados, tales como microorganismos (hongos, bacterias, virus, etc.), macroorganismos (ácaros e insectos benéficos), extractos de plantas y compuestos derivados de origen biológico o natural, los cuales estén destinados a ser aplicados como insumos en la producción agropecuaria, agroalimentaria, agroindustrial e incluso agroenergética.

Bioinsumos… ¿Dónde los podemos utilizar?

Del gran “universo” de insumos biológicos, podemos mencionar algunos casos exitosos en la nutrición y sanidad tanto vegetal como animal:

Orius incidiosus en accion
 
   

#En lo que respecta a la nutrición vegetal, el mayor mercado de bioinsumos está representado principalmente por los “inoculantes” (en particular, para gramíneas y leguminosas) representados por especies de Rhizobium spp.; Bradyrhizobium spp.; Azospirillum spp.; Pseudomonas spp.; etc. Sin embargo, en la actualidad el mercado de los biofertilizantes crece al compás de productos en base a extractos vegetales, hidrolizados proteicos ricos en aminoácidos y otros microorganismos como es el caso de las micorrizas (Glomus spp., Gigaspora spp, Acaulospora spp., Scutellospora spp., etc.).

#En el caso de la sanidad vegetal, los biofitosanitarios más representativos corresponden a las bacterias del género Bacillus spp., siendo B. thuringiensis de carácter insecticida y B. subtilis de carácter fungicida. Asimismo, cabe destacar el accionar biofungicida del hongo fitopatógeno Trichoderma spp. En la actualidad, la paleta de opciones se complementa con otros microorganismos (como hongos y virus entomopatógenos) así como numerosos extractos botánicos (cítricos, ajo, neem, etc.) y macroorganismos benéficos (insectos y ácaros, tanto predadores como parasitoides).

#En lo que respecta a la nutrición animal, crece a paso sostenido la utilización de enzimas (como por ejemplo las proteasas, lipasas, amilasas, etc.) que enriquecen los piensos en todo tipo de sistemas ganaderos (en particular, para los aviares). Asimismo, ante la ausencia de antibióticos y antiparasitarios en los alimentos para animales (Resolución SENASA 1119/2018), crece la utilización de probióticos (Lactobacillus spp., Enterococcus spp., Bacillus spp., Saccharomyces cerevisiae, Aspergillus oryzae, etc.) como de bioactivos fitogénicos (tales como aceites esenciales, saponinas, flavonoides, mucílagos y taninos)
#Por último, en lo que concierne a la sanidad animal, ante la problemática de la resistencia microbiana a los antibióticos sintéticos, está creciendo en forma sostenida tanto la utilización de compuestos prebióticos y microorganismos probióticos como de extractos botánicos (tales como los aceites esenciales, taninos y saponinas).

Marco regulatorio y política de estado

En lo que respecta al marco regulatorio de los Bioinsumos Agropecuarios, particularmente los mismos cuentan con normativas establecidas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). En cuanto a la sanidad vegetal, algunos- aunque no todos –de los bioinsumos de uso fitosanitario están contemplados en el “Registro Nacional de Terapéutica Vegetal” (Decreto MAyG 3489/58 y 5769/59), según el Manual de Procedimientos, Criterios y Alcances para el Registro de Productos Fitosanitarios en la República Argentina (Resolución ex-SAGPyA N° 350/1999).

 
   

Particularmente me refiero a los extractos botánicos, semioquímicos y agentes de control biológico microbianos. Lamentablemente aún no contamos con un marco regulatorio para el registro de agentes de control biológico macrobianos, también conocidos como depredadores y parasitoides.
Por su parte, los bioinsumos destinados a la nutrición y estimulación vegetal, se inscriben en el “Registro Nacional de Fertilizantes, Enmiendas, Sustratos, Acondicionadores, Protectores y Materias Primas” (Resolución SENASA N° 264/2011).
En cuanto a los bioinsumos destinados a la nutrición animal, los mismos están contemplados por la “Norma Técnica de Alimentos para Animales de la República Argentina”, la cual se explicita en el anexo I de la Resolución SENASA N° 594/2015. Por su parte, los bioinsumos destinados a la sanidad animal están contemplados por la Resolución SENASA N° 1642/2019, la cual establece el Marco Regulatorio para la Importación, Exportación, Elaboración, Tenencia, Fraccionamiento, Distribución y/o Expendio de Productos Veterinarios en la República Argentina.

En lo que respecta al marco institucional, se puede indicar que el inicio de una política explícita en materia de Bioinsumos Agropecuarios tuvo lugar a mediados del 2013 a partir del “Taller sobre la institucionalidad para el desarrollo y comercialización de bioinsumos en Argentina. Experiencias en países de América Latina y el Caribe”.
A raíz de dicho evento, el ex Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (MAGyP) crea el Comité Asesor en Bioinsumos de Uso Agropecuario (CABUA), como un órgano asesor intersectorial de gestión, concertación y formulación de propuestas para el sector de Bioinsumos, que cuenta con un perfil técnico-científico (Resolución MAGyP N° 7/2013).

Pulgon afectado por Pandora neoaphidis
 
   

Hasta nuestros días, el CABUA (donde el SENASA tiene una activa participación) ha desarrollado una de una serie de acciones, entre las que se destacan:

> La promoción de políticas de fomento, tanto en términos económicos como en Investigación, Desarrollo, e Innovación (I+D+i), a fin de impulsar el crecimiento del sector. Como ejemplos podemos mencionar el “Programa de Fomento del uso de Bioinsumos Agropecuarios” (PROFOBIO) y el “Fondo de Regulación de Productos Biotecnológicos” (FONREBIO).

> Adecuación del marco regulatorio, particularmente en lo que respecta a la producción vegetal, tales como el arancel diferenciado para el registro de Bioinsumos (Resolución 189/2018), el Proyecto de Ley para equiparar en fertilizantes orgánicos y biológicos el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en un 10,5 % y el "Plan de acción para el sector de los bioinsumos de uso agropecuario" (Resolución 105/2019-APN-SAYBI#MPYT) el cual tiene por objetivo incrementar la producción, el consumo, el uso adecuado y la diversidad de productos de este tipo que estén disponibles para las actividades del sector. Asimismo, el SENASA junto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Cámara Argentina de Bioinsumos (CABIO), se encuentra colaborando en los espacios de capacitación y divulgación a fin de acercar la temática al sector productivo. Como ejemplos podemos mencionar la activa participación del organismo en las Jornadas Nacionales de Bioinsumos, las cuales se han dado cita con gran representatividad federal (Córdoba, Tucumán, Corrientes, Catamarca, etc.).

Importancia de los Bioinsumos en los sistemas productivos sustentables

Los Bioinsumos Agropecuarios complementan y fortalecen los procesos ecológicos necesarios para el funcionamiento y productividad de los agroecosistemas. Por lo tanto, tienen un papel destacado en el diseño y manejo de agroecosistemas sustentables, particularmente en el marco de las Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA).

 
   

Además, estas herramientas en base biológica no están asociadas a patogenicidad humana ni generan impactos negativos al ambiente, por lo tanto no implican riesgos para la salud del ambiente ni de las personas. En consecuencia, permiten obtener productos agroalimentarios inocuos y de calidad, ya sea tanto para producciones convencionales como para las que presentan atributos de calidad específicos, como es el caso de la producción orgánica. Asimismo, es importante destacar que los bioinsumos permiten reconciliar intereses dentro de los diferentes esquemas de producción (ya sean convencionales como agroecológicos), ofreciendo una solución holística para mantener e incrementar el acceso a los mercados, particularmente a nivel internacional. Sin embargo, para asegurar la efectividad y un manejo adecuado de los bioinsumos, se requiere conocer sus características, precauciones en cuanto al uso y modos de acción. Con lo cual, la capacitación y acompañamiento al sector productivo es fundamental. Por ende, a los fines de asegurar la inocuidad, calidad y eficacia de los productos comerciales en base a bioinsumos agropecuarios, éstos deben estar registrados en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).

Conclusiones

Aunque se han logrado avances importantes, aún resta mucho trabajo por hacer. En correspondencia, el desarrollo y consolidación del sector de los bioinsumos agropecuarios en Argentina requiere del acompañamiento y trabajo sinérgico por parte de todos los actores involucrados, a fin de constituir un marco de institucionalidad que articule las necesidades del sector con una regulación eficiente y el desarrollo de políticas de estado.

Por lo expuesto podemos concluir que, sin lugar a dudas, los bioinsumos agropecuarios constituyen herramientas en base biológica que por sus prestaciones tienen un papel destacado en el marco de las Buenas Prácticas Agropecuarias, contribuyendo a la salvaguarda del patrimonio zoofitosanitario y la calidad e inocuidad de los alimentos en un marco productivo, socioeconómico y ambientalmente sustentable.